Las flatulencias son el resultado de una acumulación excesiva de formación de aire o gas en el intestino. La causa más común de tener un vientre hinchado es el hecho de tragar aire durante una alimentación apresurada, sumándole el consumo de alimentos que favorecen la formación de gas en los intestinos.
Un tipo de hinchazón relativamente conocido y experimentado por todo el mundo es el de la llamada flatulencia. Ésta se debe a un exceso de gases malolientes, que en su gran mayoría son expulsados al exterior desde la tripa. Si hablamos de meteorismo (barriga hinchada) muchos de esos gases no pueden escapar del tracto digestivo (normalmente el colon), se acumulan y provocan un vientre muy hinchado. Éste hecho puede llegar a ser muy doloroso y debería ser revisado por un médico especialista para determinar la causa.
Causas y síntomas más comunes:
- En la mayoría de los casos, las flatulencias y los gases suelen ser inofensivos y temporales. Todo apunta a una digestión excesivamente apresurada, a la que hay que añadir hábitos poco saludables. Dentro de estos malos hábitos empiezan a la hora de comer. Comidas nocturnas o a deshora, hacerlo de manera apresurada, masticar mal, una mala distribución de las cantidades y tipos de alimentos (comer una vez al día, etc.), todo ello promueve y desencadena la hinchazón.
Alimentos comunes que pueden causar hinchazón:
- Coles, cebollas, frutas legumbres, etc.
- Productos de harina blanca, alimentos azucarados y edulcorantes artificiales.
- Alimentos con una alta proporción de hidratos de carbono, proteínas de origen animal o preparados proteicos.
- El alcohol (cerveza, sidra, etc.), bebidas carbonatadas.
¿Qué podemos hacer en caso de hinchazón o flatulencias?
- Por lo general suele ser una situación desagradable y molesta, pero por lo general no debería tener un significado clínico preocupante. En cualquier caso, el tratamiento debe eliminar las causas de la hinchazón mediante la omisión de alimentos que lo ocasionen, cambiar nuestros malos hábitos a la hora de comer y sobre todo tomarnos las comidas en general de una forma más pausada y sin apresurarnos.
- El ejercicio físico también ayuda a mejorar y regular una buena digestión. Con ello se reducen y alivian las distensiones abdominales y las flatulencias. Un paseo después de la cena y unos ejercicios de relajación para reducir el estrés suelen tener unos resultados óptimos.
- También podemos encontrar una serie de remedios caseros a base de hierbas. Añadir especias como anís, hinojo, comino o cilantro a las comidas es una posibilidad. Infusiones o tés con hojas de menta o manzanilla actúan como antiespasmódicos y alivian las flatulencias.
- El jengibre estimula las secreciones digestivas y alivia los gases.
- Evitar comer fruta durante las comidas por su fermentación.
- Tomar productos fermentados en cantidades pequeñas y que sean de buena calidad, como el miso, para mejorar la flora bacteriana.
- Piña o papaya son preparados enzimáticos naturales que ayudan a los procesos digestivos.
- En casos más complicados se puede tomar carbón vegetal (el mejor es el obtenido de la carbonización de la cáscara de coco).
Una opción muy efectiva son los preparativos a base de ingredientes naturales, orgánicos y hierbas específicas que se pueden comprar en farmacias. Sus principios activos destruyen las bolsas de gas, disminuyen la hinchazón y evitan su nueva formación. Asimismo tienen un efecto positivo sobre la flora intestinal. Estas preparaciones no se deberían tomar durante más de 4 semanas. En caso de no notar mejora se debería consultar a un médico.
Éstos son algunos de los remedios de los que disponemos en la farmacia. Pregúntanos por ellos: